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FUE EN REINA VICTORIA

Cuentan las lenguas antiguas que vuelven a ocuparse de nosotros, una vez finalizado el largo serial de naranjas, barcos y remeros.

Los Guardianes de la Memoria, que así firman ahora sus escritos, aunque todo el mundo entiende y reconoce el mismo estilo talibán de siempre, dedicaron últimamente hasta tres intervenciones en su página fundamentalista, lo que tiene bastante lógica en su esquema y su visión mental: una vez acabado el serial, sin haber conseguido que la comunidad investigadora se plegase a sus sueños, es preciso enardecer de nuevo a los seguidores y al coro de palmeros, y para ello nada mejor que revolverse contre el eterno enemigo secular.

A la vez que se desprecia la rivalidad con el vecino, “propia de equipos pequeños”, se azuza esa misma rivalidad, en una eterna contradicción de la que desconozco si alguna vez conseguirán salir. No corren tampoco buenos tiempos deportivos, económicos y sociales por Nervión, por lo que todo lo que sea distraer a los muñecos será bien visto en las altas instancias.

En fin, y dado que estamos en tiempo de faena en el coso maestrante, ya podemos de nuevo empezar a lidiar los morlacos que desde la otra orilla vuelven a aparecer. Así que, pies a tierra y a preparar el capote para recibirlos, que aunque algunos son mansos, otros destacan por sus malas intenciones y los peligrosos derrotes que tiran.

Como decía son tres las entradas dedicadas al Betis y a su historia en una página dedicada, en principio, a la historia del Sevilla FC. Otro contrasentido más…

Una supuesta respuesta a un artículo de Rafael Medina en betisdelayer.com, una nueva acometida contra la compra del Estadio de Heliópolis, y una “lección” sobre los escudos del Betis a lo largo de su historia, en relación con el tifo que Betisweb hizo en el partido del pasado viernes.

Sí, ese que los béticos celebramos como una victoria, lo que también es motivo de crítica. Yo lo celebré como una victoria, porque después del repaso de los primeros 40 minutos y el 0-3, empatar a 3 es toda una victoria, y para otros toda una derrota. Algunos aún NOSAben donde meterse, después de verse con los tres puntos en el bolsillo…

Y hablando de celebrar empates como victorias, qué desmemoriados son algunos, que en la pasada década con el innombrable comentarista en el banquillo, celebraron empates y empates hasta hartarse.

Me voy a centrar, de momento, en el artículo titulado “Defensores de la violencia” y, que como señalé anteriormente, respondía a un artículo de Rafael Medina.
Lo primero que choca a quienes se esconden bajo un pseudónimo colectivo, es que Juan Antonio Zancarrón, Rafael Medina y Alfonso del Castillo hayan colaborado en el articulo. Y se nos dan consejos a Rafa y a mí por juntarnos poco menos que con el diablo. Obviamente uno tiene la libertad absoluta de juntarse con quien le da la gana, y apañado va el talibán mecánico si cree tener la más mínima influencia en este aspecto. Así que cuídese usted de sus amistades y compañías que yo me cuido de las mías.

Entrando en materia, la réplica de LPM al artículo de Rafael Medina se centra en dos aspectos:

  • la contradicción entre textos del artículo a la hora de establecer dónde se jugó el partido
  • el elogio de la violencia que supuestamente se hizo en su momento por parte de la entidad bética y 90 años después por el autor del artículo.

El primer aspecto tiene su importancia, pues se resalta el ambiente de hostilidad por parte del público en el que se celebró el encuentro valedero para el Campeonato de Andalucía. Obviamente, para el talibán mecánico el partido se tuvo que celebrar en campo bético y el clima de violencia es achacable a la afición bética.

Si acudimos a las hemerotecas, en vez de hacer una consulta en Internet en periódicos de Madrid y Barcelona, que lo que publican era lo recibido a través de las agencias de prensa, nos encontramos con la verdad del asunto: el partido se celebró en el campo sevillista en la Avenida de la Reina Victoria.

Fuente: El Liberal 6 de febrero de 1923

Así pues la afirmación de LPM se cae por su propia base. Toda la sarta de mentiras escritas con el fin de desprestigiar a la afición bética la entrada correspondiente de La Palangana Mecánica quedan invalidadas, ya que el partido se jugó en el campo de la Avenida de la Reina Victoria (eso sí que era un campo aristocrático, tanto por el nombre expreso de la Avenida como por la propiedad de los terrenos en los que jugaba el Sevilla FC)

Fuente: LPM Defensores de la violencia 3 de abril de 2013

En relación con la actitud violenta del jugador bético Salvador Llinás esto es lo que nos relata el mismo periódico sevillano, cuya crónica firma, por otra parte, Oreto que, como conocen todos los interesados en estos asuntos, era Juan Otero, acérrimo seguidor sevillista, y hermano de Arturo Otero, que formó parte de la directiva sevillista.

Fuente: El Liberal 6 de febrero de 1923

Como se comenta en la información, no era la primera vez que Llinás la había liado en los terrenos de juego. Pero ello no daba a ningún directivo poder para ordenar su detención… 90 años después el chileno Medel, un jugador racial y conflictivo, la lió en el Villamarín. Imagínense ustedes que se diría si la directiva bética hubiera ordenado su detención por la policía y su conducción a prisión. ¿Qué clase de dirección tendría el árbitro entonces, a merced de los que unos directivos de la Federación parciales ordenaban? A no ser que el propio árbitro del encuentro, el sr.Rentería, fuera un pelele en manos de los parciales directivos…

Nada se cuenta en esta crónica de los desagradables incidentes que concurrieron con la detención del jugador bético por parte de las fuerzas del orden por expreso mandato del sr. Blasco Garzón.

Una nota en el mismo periódico del día 8 de febrero, remitida por la directiva bética, pone las cosas en su sitio. En primer lugar se deplora la actitud del jugador bético, lo que es todo un síntoma de cordura, y a continuación se muestra la protesta del club por la actuación del señor que ordenó la detención del jugador bético, así como la sorpresa por el silencio con el que se tratan de ocultar a la opinión pública todos los otros hechos que sucedieron en el encuentro. Fuente:

El Liberal 8 de febrero de 1923

Pero hay otro asunto al que no se ha aludido en relación a este partido, y que es un claro síntoma del enrarecido ambiente que ese día se respiró en el campo sevillista. Al día siguiente al partido, el lunes 5 de febrero de 1923, el jugador bético que había conseguido el tanto en el partido del domingo, Manuel Rodríguez, fue agredido cuando salía de trabajar en la fábrica y cruzaba por el Prado de San Sebastián. Entre los agresores pudo reconocer incluso a un jugador del Sevilla FC, que había participado en el partido celebrado el domingo.

Fuente: El Liberal 6 de Febrero de 1923

Otro periodista sevillano de la época, Zancadilla, en El Correo de Andalucía del 6 de febrero de 1923 nos detalla este asunto. Bajo el título “Una protesta” se relata la visita de una comisión del Real Betis Balompié, presidida por Gil Gómez Bajuelo, quejándose de la agresión que a posteriori del partido se había llevado a cabo contra el delantero centro del Betis, Rodríguez, en el Prado de san Sebastián.

Como ven toda una serie de lindezas y actitudes violentas por parte de la afición local, tanto en el partido como en el postpartido, contra los jugadores del equipo visitante.

Y respecto a otras consideraciones (un directivo de un club que manda se detenga a un jugador del otro club, otro directivo de la Federación que ejerce de auxiliar del árbitro, le corrige y favorece en sus decisiones a uno de los equipos, un jugador de uno de los clubs que es detenido a instancias de un directivo del otro bando, etc) no me voy a extender más. Se comentan por sí solas…

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