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El espíritu de Gallegos traicionado


“Todos los hombres de cualquier nivel social, ideas religiosas o políticas, tendrán aquí cabida”.

Esta frase, atribuida a José Luis Gallegos, uno de los miembros fundadores del Sevilla FC así como presidente de la entidad en sus primeros años, ha dejado de tener sentido en la actualidad. Los responsables del área de Historia del SFC han hecho tabla rasa con su significado.

En la historia de los clubs sevillanos, desde el punto de vista de la ideología política de sus componentes, hay de todo, como no podía ser menos en una sociedad plural. Al ser entidades vivas, y no monolíticas, se han nutrido de las diversas corrientes ideológicas que han existido en la sociedad sevillana a lo largo del siglo XX y del XXI.

Pero los que actualmente representan a la investigación sevillista, agrupados en torno a La Palangana Mecánica, determinaron hace unos años que ese pensamiento multicolor no les convenía. Así a su club lo alineaban históricamente con una ideología liberal y progresista, mientras que determinaron que la historia del Real Betis Balompié estaba dominada por el oscurantismo y la reacción.

Para ello se encargan de poner permanentemente de relieve los personajes que en la órbita bética encarnaban esa ideología, y de ocultar sistemáticamente la que contradijera ese mantra. Quedaba claro que la Tertulia Bética era “un nido de fascistas” y el Betis el club protegido por los militares reaccionarios y golpistas. El Sevilla sin embargo estaba representado por Blasco Garzón en el exilio, Puelles de los Santos asesinado por los fascistas y Sánchez Pizjuán “mereciendo ser fusilado”.

Semejante cantidad de dislates y barbaridades ha calado, y mucho, entre toda una generación de seguidores ignorantes, sometida a un lavado de cerebro permanente y que ahora, con la facilidad de difusión de las redes sociales, se permiten amplificar los disparates, como éste que les mostramos aquí:



Otro ejemplo más lo tenemos en el siguiente twet de otro de los investigadores sevillistas, quién recientemente mostraba ufano una imagen de 1939 en la que los jugadores béticos hacen el saludo fascista en el partido de Copa que se jugó en Vallecas entre el Aviación Nacional y el Betis en Mayo de 1939, pero que casualmente olvidaba comentar que esa imagen, la única conocida hasta ahora de esa índole, pero no la única existente, la sacó de una entrada de Las Tablas Verdes, cómo pueden comprobar aquí.



Un ejemplo más que evidente que aquí no hay intención de ocultar los hechos ni de manipularlos, tal y como estamos acostumbrados a ver en otro sitio. Simplemente este tipo de saludo fue obligatorio en los espectáculos públicos hasta septiembre de 1945, en que después de los vientos que corrían por el mundo tras la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista plegó velas y comenzó a adaptarse a las nuevas circunstancias.

Desde Las Tablas Verdes nos propusimos hace 6 años comenzar a poner las cosas en su sitio, y a separar el grano de la paja.


No negamos, ni queremos hacerlo, que determinados personajes de la historia bética tuvieron ideas reaccionarias y que estuvieron asociados al régimen franquista.

Al igual que existieron béticos que pagaron con el exilio o con la muerte su oposición a la sublevación de julio de 1936. En este sentido son muy conocidos los casos del ex presidente bético Mantecón Navasal, exiliado en México hasta su muerte en 1982, o del jugador Serafín Aedo, también fallecido en México en 1988, después de 50 años en el exilio.




Mucho menos conocidos son los casos de otros perseguidos por el régimen franquista, como Ventura Castelló o Manuel Ramos Asensio, y totalmente desconocidos los de, al menos, dos de los fundadores del Sevilla Balompié asesinados en la Sevilla sometida a la represión durante los primeros años de la guerra civil. Próximamente daremos a conocer la identidad y circunstancias de estos dos miembros primigenios del Sevilla Balompié.

Pero lo que es evidente es que ninguno de los represores ni de los represaliados, ni de un club ni de otro, lo fueron por su afiliación futbolística, sino como consecuencia de su ideología o acción política. Y que los directivos que estuvieron al frente de los respectivos clubs lo fueron por ser afines, o cuando menos neutrales, ante el régimen establecido. De hecho, como ya escribimos en El reloj de péndulo, no podía ser de otra manera:

 Los antiguos  directivos de ideas democráticas que estuvieron relacionados con el mundo del deporte, en 1939 sólo podían estar en 4 sitios: en el exilio, en la cárcel o apartados y recluidos en su vida privada, sufriendo la represión y el alejamiento de toda actividad pública, si es que no habían sido fusilados, como el caso del doctor Puelles de los Santos, aunque éste es represaliado como consecuencia de su actividad política (era el presidente de la Diputación de Sevilla, y una persona importante dentro de su partido, Unión Republicana, uno de los componentes del Frente Popular).  Obviamente ésta es la razón de su muerte, no el hecho de haber sido el médico del Sevilla FC hasta 1934, como en La Palangana Mecánica se nos quiere deslizar.

Y para demostrar que en “todos lados cuecen habas” fuimos sacando a la luz la filiación y actividades políticas de determinados miembros del Sevilla FC: desde presidentes (Ramón de Carranza, Enrique Balbontín, Ramón Sánchez Pizjuán), hasta directivos (Antonio Calderón, Sancho Dávila, Eugenio Eizaguire, Raimundo Blanco padre, Manuel Medina y Carvajal) o jugadores (Guillermo Eizaguirre, Raimundo Blanco), etc.

Desde el otro lado esto se vio como una especie de competición: a ver quién tenía más “fascistas”, y las respuestas en ese sentido venían a ser de tipo numérico, como si esto fuera una competición por puntos.

Desde luego no pretendíamos para nada ganar ni perder a los puntos, como parece ser que es la intención de los señores investigadores sevillistas.

Ganar por 50 a 5, o por 50 a 49, no blanquea ni exime a nadie.

Todos los clubs fueron conniventes con el régimen político establecido.

Hasta lo que hoy en día ocultan la parte menos políticamente correcta de su pasado, como los trofeos ofrecidos por el Athletic en 1937 al régimen franquista y que ha documentado recientemente José Ignacio Corcuera en Cuadernos de Fútbol, entraron en esta dinámica. Suficientes ejemplos de estos hay como para pretender mostrar sólo lo que conviene o para ocultar aquello que no conviene.

Y esto es lo que han hecho los señores del Área de Historia del Sevilla FC: ocultar lo que no les conviene en su visión maniquea de la historia del fútbol sevillano.

Así en el apartado de historia de la web oficial del club se muestra la relación de los diversos presidentes del club y a los directivos más relevantes de cada uno de su mandato presidencial.

No nos vamos a detener en el disparate que supone ubicar a un teórico presidente entre 1890 y 1905, sino que nos vamos a ir más adelante en el tiempo.

Lógicamente no podían ocultar en esa relación a los presidentes que habían formado parte del régimen franquista (Carranza, Balbontín) ni a los que en sus declaraciones y actividades lo habían exaltado (Sánchez-Pizjuán, Graciani), y no era posible hacerlos desaparecer de la nómina de presidentes.

Pero sí se podía esconder a algún directivo que no encajaba con su reconstrucción liberal y progresista del club, aunque fuese todo un vicepresidente. Y más cuando éste no se quedaba en ser una autoridad provincial o local como Carranza o Balbontín, sino todo un jerarca de alto valor en el régimen franquista.

Sancho Dávila era primo de José Antonio Primo de Rivera, y uno de los miembros fundadores de la Falange Española en octubre de 1933. Durante la época republicana organizó la Falange en Sevilla y la derivó hacia un escuadrismo agresivo que actuó en las calles contra las organizaciones obreras, una repetición del fascismo italiano en los años 20. Durante la guerra civil desempeñó la jefatura territorial de Falange en Andalucía, hasta que en 1938 es nombrado jefe nacional de la Organización Juvenil falangista, encargada de encuadrar a la juventud en la estructura falangista, mediante la actividad deportiva/marcial y de masas, en línea con el fascismo italiano o el nacionalsocialismo alemán.

Toda su trayectoria puede ser conocida perfectamente a través de un trabajo ya publicado en Las Tablas Verdes y que puede ser consultado aquí.

Como su mención no conviene a la visión maniquea decidida por los investigadores sevillistas, y que han trasladado ahora a la página oficial de su club, en el apartado dedicado a la presidencia de José Ramón Cisneros Palacios, presidente del Sevilla entre 1968 y 1972, se reflejan sólo a los vocales que formaron parte de su directiva, pero no al cargo más importante de una directiva que es el vicepresidente, lógicamente después del propio presidente.



Este es el apartado dedicado a la etapa presidencial de José Ramón Cisneros, y a continuación la de los directivos que sí aparecen mencionados:
José María Cruz, José María Granado, Francisco Alonso de Caso, José Ignacio Artillo, Carlos Fernández, José Rubio, Antonio Delgado Roig, Francisco de la Vega, Manuel Rodríguez Granados, Manuel Romero, Francisco Ordóñez, Antonio García González, Eugenio Díaz Casado, José María Del Nido Borrego, Luis Cuervas, Miguel Rico y José Antonio Moreno Suárez son los directivos sevillistas que recoge la web oficial del club. 

Pero ni rastro de la vicepresidencia de Sancho Dávila, una cosa fácilmente rastreable en la prensa de la época, concretamente en agosto y septiembre de 1968


¿Qué credibilidad pueden tener los que falsean la historia de su club hasta en la propia web oficial de éste?  

Desde luego el espíritu de José Luis Gallegos  (“Todos los hombres de cualquier nivel social, ideas religiosas o políticas, tendrán aquí cabida”), ya no es válido hoy. Sancho Dávila ya no tiene cabida en Nervión, porque así lo han decidido sus guardianes.

Por cierto, entre los directivos que se mencionan en la web oficial sevillista hay bastantes a los que, aplicado el criterio establecido por sus investigadores para el bando bético, se podría calificar de “fascistas”. Bastantes más de los 5 que reconocen. Otro día se los detallamos, a ver si también dejan de tener cabida.

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